Siempre ha habido dos caras de la moneda de la civilización; el anverso dice: bondad y afecto, mientras que el reverso dice: poder y frialdad. Ver sólo una de los dos lados no nos permitiría vivir apropiadamente. Y nuestra educación tiene el hábito de enseñarnos lo positivo y dejar lo negativo a la vida para que crezcamos.
Las 48 leyes del poder es, en pocas palabras: se trata de la otra cara de la moneda de la civilización.
Es suficiente para echar por tierra las gentiles falsedades de la realidad. Te dice desnudamente: esto es lo que hacen los que ha tenido éxito. No hay nada que avergonzarse. A veces, cuanto más desvergonzada es la gente, más probabilidades tiene de tener éxito. Uno puede hacer cualquier cosa por cualquier medio necesario para lograr lo que desee.
Debido a que la civilización es bárbara y utilitarista, también tiene que ver con la evolución y la competencia por la supervivencia. Así como la cultura de negocios, ahora, siempre ha sido nuestra cultura dominante: si invocas el amor, convocas el odio también.
Al principio, cuando leí este libro, estaba muy resistida. No entendía por qué la gente no podía ser honesta con los demás y necesitaba vivir tan enrollada. ¿No sería demasiado cansado vivir así si a todos tratasen con una máscara? Aunque entiendo que la evolución de los humanos es el resultado de la supervivencia de quién es que más apto. Pero aplicar estas leyes en situaciones sociales sigue siendo muy incómodo para mí. Estoy seguro de que muchos tienen pensamientos similares a los míos cuando se encontraron con este libro, pero seguir leyendo cambió mi forma de pensar de una manera diferente.
Las leyes con las que estoy más de acuerdo son muchas, porque son muy útiles. La que más me ha llamado la atención es:
Ley 3: Disimule las intenciones, la parte 2: utilizar una cortina de humo para ocultar los actos.
Hace unos años, hubo una serie de estafas con «purificadores de agua» en las zonas rurales de China. Los estafadores aprovecharon las características de que los adultos jóvenes se fueron de las zonas rurales y el pobre acceso a la información para los mayores, organizaron varias ferias sobre el tema de salud y «seminarios». El primer día, ellos empezaron de regalar toallas y otras pequeñas cosas gratis para atraer la atención de los ancianos, y también para atraer a más gente a ver la conferencia. La mayoría de las conferencias fueron sobre lo pobres que eran las condiciones de higiene en el pueblo y cómo otros pueblos las habían mejorado, para estimular la curiosidad de los ancianos. El segundo día, empezaron a dar pequeños paquetes rojos en efectivo a los mayores para ganarse su confianza y les dijeron que estarían aquí el tercer día y que aún podían venir a por los paquetes rojos. Al tercer día, comenzaron a vender productos con un alto valor de más de 10.000 yuanes de higiene, y debido a que en estos días los ancianos han venido específicamente a escuchar la conferencia, como beneficio pueden ahora llevárselos tan sólo dos mil yuanes. Y después de ir a casa y probarlo por un día, si no estás satisfecho, pueden tomarlo y devolverlo. Cuando los ancianos se llevan con felicidad las cosas a casa, hace tiempo que se han retirado del escenario y han desaparecido sin dejar rastro. Y este tal llamado purificador de agua de alto precio en realidad no sirve para nada. Y con una estafa de marketing de tan bajo costo, el grupo ha defraudado cantidades que van hasta varios millones de yuanes.
Por supuesto, este es un contraejemplo, pero veo la viabilidad de esta ley. Si empezar revelando tus intenciones a la vista de todos, será muy difícil conseguir la victoria final. Al pretender ser sincero y lanzar humo de cotina, es mejor lograr los objetivos.
La ley 4: decir siempre lo menos necesario.Mantener impenetrable es esencial para un gobernante. Pero yo creo que es algo que no sólo los que mandan deberían saber, sino que todos nosotros deberían intentarlo. Las palabras sí tienen un gran encanto, pero aprender a callar en el contexto adecuado es aún más una experiencia de aprendizaje para la vida. A menudo vemos en las noticias que el líder de un país ha sido bombardeado por decir algo inadecuado, o que el empleado de una empresa es despedido por un descuido en hablar. Las palabras mal dichos pueden provocar problemas grandes o pequeñas, lo grave que puede afectar las oportunidades importantes de la vida; lo delicado que puede afectar a las relaciones interpersonales. Si podemos pensar bien en las palabra que decimos antes de decirla, en lugar de hablar fuera de control, creo que podemos evitar muchos problemas y tragedias innecesarias.
Y las en el que estoy en desacuerdo es: buscar llamar la atención a cualquier precio. Sobre todo la parte: rodear el nombre de sensacionalismo y escándalos.
Si lo hacemos, ¿cuál es la diferencia entre eso y un payaso que pide atención? Aunque sea derrotados, quiere que el mundo lo vea; aunque sea traidores, necesita que dejar las huellas en la historia. Personalmente, no me gusta este enfoque. Este punto me recuerda a muchos influyencers de hoy en día, que atraen la atención del público a través de varias formas extrañas, y en realidad el objetivo es todo sobre el tráfico y monetizar. Hace un tiempo hubo una celebridad de Internet que usó su amor para organizar una propuesta de matrimonio en vivo, haciendo un gran alboroto por el hecho de que su «pareja» estaba embarazada de su hijo y los dos estaban listos para casarse. En realidad fue una transmisión en vivo disfrazada de una venta. Ahora su reputación ha sido empañada y nadie creerá más en sus palabras o acciones, sino que lo tratarán como a un payaso. Hay más de estas personas que harán cualquier cosa para ser famosos y hacer cosas obscenas. Incluso si consiguen lo que quieren al final, no será gran cosa, y mucho menos cambiará el desprecio del mundo por ellos.
El “contraley” según mi percepción, es el quinto: casi todo depende de su prestigio, defiéndalo a muerte. Todos sabemos la importancia de la reputación, y en la antigüedad si la reputación de alguien se arruinaba, a menudo elegía lidiar con ella de una manera muy extrema. Y va al punto del autor: defenderlo con la muerte. Pero con el desarrollo de la tecnología, ya no tenemos control sobre cómo piensan ellos de nosotros. Especialmente en el mundo virtual, a menudo hay incidentes de ciber-violencia. «El que está limpio, está limpio» es un anhelo que dejaron mis antepasados. Creemos que no le tememos a la sombra, siempre y cuando seamos honestos en nuestros corazones, dejemos que la gente diga lo que quiera y que lo diga. Porque no podemos controlar los pensamientos de los demás, y a veces demasiadas explicaciones sólo desperdician nuestro propio tiempo y no necesariamente cambian la mente de los demás.
Esta forma de manejar las cosas es para el malentendido de algunas personas, pero a veces cuando las cosas se ponen muy feas y los ataques personales contra nosotros empiezan a afectar nuestra vida normal, naturalmente tenemos que tomar el arma legal para protegernos. Este es el momento en el que advertir a estos maliciosos rumores enviando una carta de un abogado y emitiendo declaraciones y anuncios en algún foro público puede ayudar a que las cosas funcionen mejor.
En el momento de escribir esta reflexión, sólo estoy a mitad del libro. Y el libro me enseñó mucho sobre cómo comportarme, y aunque hay algunos puntos con los que no puedo estar de acuerdo por un tiempo, sé que estas son las reglas por las que el mundo funciona, y no hay nada que pueda hacer para cambiarlas. Probablemente tampoco tendré mucho éxito porque no podré aplicar esas reglas. Pero, ¿quién me puede definir eso?